Luego de determinar que el llenado de las botellas sea uniforme, se procede a inspeccionar si la tapa esta correctamente colocada y el anillo de seguridad lo suficientemente ajustado. De no ser así, podrían producirse tanto derrames como fuga de contenido durante el proceso de distribución o envío, poniendo en riesgo la reputación de la marca.
Los sistemas de visión artificial son capaces de verificar que cada tapa haya sido enroscada de manera firme hasta el sello de seguridad. Así, cada botella que no logre pasar esta prueba es rechazada, brindando seguridad y tranquilidad en los procesos.